Wednesday, May 11, 2011

Dándole hogar a Lolo

Como les había dicho antes, luego de decir “yo lo puedo adoptar“, Lolo llegó a casa en las primeras horas de un sábado en una pequeña caja de cartón. El pobrecito, estaba asustado y podía escuchar cómo resoplaba. Se me hacía lo más simpático... (claro que después me enteraría de que eso hacen cuando están extremadamente asustados, amenazados o simplemente quieren pelear... no emiten sonidos, sólo resoplan). 

Mi primer gran error:  Yo pensaba que tener un reptil sería casi como tener un perro. Extremadamente sencillo, sin mucha complicación.Podría estar totalmente libre, tendría jardín, tendría espacio... qué mejor que eso. Sin embargo, no contaba con lo que me comentó una amiga veterinaria: “oye, debes tener mucho cuidado por que por donde vives hay muchos depredadores. Perros, gatos e incluso ciertas aves se lo pueden merendar“. 

¡Ja! Primer punto en contra y muy cierto. Las iguanas pasan la mayor parte de su tiempo en los árboles, pero también toman el sol en piedras o inclusive en las ramas altas. Para esto, se exponen a ser vistos por otros depredadores. 
Ahora bien, viviendo en un lugar donde hay mucha vegetación y que pese a estar en la ciudad, parece provincia por tanta tranquilidad, es normal ver aves como aguilillas, halcones Harris o lechuzas hacer acto de presencia. Si juntamos esa fauna con la habitual de gatos y perros, era evidente que la iguana no podría salir a pasear con tanta calma y libertad como esperaba. 

La primer casa y el primer día de adoptado de Lolo. Guapo él y su
casa era pequeña. Actualmente la utiliza como medio de transporte 
veterinario. ¿Y él? bueno, sus colores verdes eran por que aún estaba 
muy joven.  

Al pensar en todo lo anterior, decidí comprar una jaula. Me habían recomendado un terrario (que en realidad sería lo óptimo), pero siendo realistas, no podría construirlo en un día. (Sobre todo si requiere de vidrio o plástico y bases de metal o madera, con acceso a electricidad...etc etc etc). Con mi gran idea de ir a comprar una jaula, decidí medir al animal para calcular su tamaño. En algún lugar había leído que las iguanas podrían llegar a medir hasta 2 ó 3m de largo, por lo que necesitaba algo provisional que no fuera tan pequeño y que le permitiera a Lolo tener una casa de momento para tomar el sol y habituarse a su nuevo hogar. 

Ese mismo sábado, me di a la tarea URGENTE de habilitar un espacio nuevo para la iguana. Luego de ver tamaños, costos y recorrer infinidad de tiendas de mascotas, finalmente pude comprar la jaula más grande que tenían. El angelito reptil medía ni más ni menos que 60cm con todo y cola, por lo que necesitaría la casa más grande que pudiera darle... de momento, en lo que podía construirle algo aún más gigantezco. 

... y como lo dije, “de momento“...  

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